CIGÜEÑAS
Deberíamos tomar ejemplo de estas aves perfectamente acopladas a sus vidas tanto migratoria como de estancia en nuestro territorio. Totalmente organizadas e inofensivas, elegantes en sus vuelos y saber estar en sus residencias (nidos en los puntos más altos) para no molestar, haciendo vida familiar con su descendencia, educándoles para que cuando llegue su independencia tengan todos los conocimientos necesarios para anidar, alimentarse y orientarse en el espacio, volar miles de kilómetros buscando su clima ideal y volver de nuevo a su punto de origen. Todo perfecto, pero los humanos pretendemos meternos en su entorno y controlarlas, censurando si han emigrado o no, colocándoles artilugios para hacerles seguimientos y alterar su modo de vivir. Más o menos esta deducción se saca del artículo publicado el domingo pasado con el título 'La cigüeña blanca, un comportamiento migratorió desigual'. Está claro que su organización no necesita sindicatos, subvenciones ni políticos que les amarguen con Impuestos y controles innecesarios. En sus vidas no hay enchufismos, gastos suntuosos, malversación de fondos, choriceos, manifestaciones y un sin fin de contrariedades que los humanos hemos inventado. Valga la metáfora y copiemos de estos simpáticos animales.
Publicado en el diario HOY el 11 de mayo de 2014
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